De vegades, quan no saps què fer, el millor que hi ha és anar tirant.
Total de visualitzacions de pàgina:
dijous, 30 de maig del 2019
Bossanara de Rio
dimarts, 28 de maig del 2019
Le moment venu
dilluns, 27 de maig del 2019
dissabte, 25 de maig del 2019
El pedrolo en el camino
En la alborada de mi singladura concienzuda y testaruda en la escritura me he topado con un pedrolo en mi camino. ¡Un pedrolo de la hostia! De verdad que me ha hecho daño, pues no creo equivocarme si digo que le he pegado con toda la puntera sin cuenta darme. De manera que si te dicen que caí, es verdad, puesto que aquí me ves, de baja con el dedo gordo enyesado, por el pedrolo este que me he encontrado, viniendo de Monegros hacia Barcelona por esta brumosa plana, del campo ilerdense de la región catalana. Pues bien, parece que no soy el único que se había caído de bruces con el pedrolo de las narices, sin nada poder hacer, pues pronto habría de saber yo también, que me iba a tener que joder. Enyesado mi pie entero, porque un dedo gordo roto equivale a vendaje de aquí te espero, voy ya con mis muletas por Barcelona, la capital del territorio del dicho pedrolo, para pedir que hagan algo y lo quiten de allí en medio, antes que venga otro y se haga polvo. Gracias a uno de esos taxis amarillos y negros, he empezando dando tumbos por la ciudad, un poco así como el alienígena que buscaba a Gurb, desorientado pero decidido a cumplir mi objetivo de marras. ¡Qué bonito es Barcelona, en invierno y en verano! Venir a Barcelona en castellano me hace recordar la lectura en mi juventud de aquellas últimas tardes con Teresa, cuando el Pijoaparte buscaba seducir un amor catalán de ocho apellidos y muchas más pesetas. Yo ahora sólo quisiera que la búsqueda del sitio donde tengo que ir a reclamar me lleve algo menos de tiempo que la búsqueda del Watusi. Me permito preguntar al taxista -mirándole de soslayo- si lee, cuando acto seguido y sin interrupción le comento reunidos todos estos, mis pensamientos, a lo cual me responde al instante y con delicioso acento catalán:
-Por supuesto que leo, señor, muchísimo, y veo además que no tiene usted mal gusto. Ahora, le diré una cosa y por favor, no se la tome a mal. A mí lo que me gusta es leer en mi lengua materna, o sea en catalán, ¡que es lo que se ha hablado aquí toda la vida, guste menos o guste más!-.
¡Caramba ! -pienso para mí. Esto me pasa por preguntar al taxista. Mejor me callo y seguimos. Tras este intercambio y dos direcciones infructuosas, terminamos por acabar en la Demarcación de Carreteras del Estado, puesto que parece ser que la vía donde encontré el susodicho guijarro, pertenece al estado y no a la región donde me lo he encontrado. He entrado en el edificio público situado en la calle de la Marquesa, número 12, no sin antes estar a punto de caer en la zanja de las obras efectuadas por la compañía de aguas municipal, situada justo delante de la entrada, que he podido sortear gracias a un trozo rectangular de metal, similar al de una nave espacial, colocada en posición horizontal. Una vez adentro, me ha atendido en el mostrador de información una señora muy amable, con acento también muy catalán, que me ha aclarado que por supuesto que sí que saben de qué Pedrolo se trata y que no lo pueden quitar de ahí, puesto que es de allí. -¿Pero, cómo dice usted? –le espeto. El hecho es que rápida y amablemente me ha extendido la dirección de una fundación que se llama “Manuel de Pedrolo” y me ha dicho que pregunte allí, o sea que vuelva cerca del lugar donde me golpeé, y que primero acuerde con ellos retirar el pedrolo, por lo menos a un lado, si es que resulta que ha molestado. Si hay que ir se va, que no es por no ir y no quitarlo, me comenta. En todo caso, yo les he hecho saber que hablaba de una gran piedra rodona, un obstáculo inadmisible en una ruta nacional española, no de una persona. Porque, o estoy un poco espeso esta mañana, que puede ser, puede ser, o es que me están hablando de una persona. La mujer otra vez que dale con el Pedrolo, ahora ya siempre con mayúscula. No, si me voy a tener que poner farruco...y yo cuando me pongo hecho un basilisco es que me nublo:
-Oiga señora, a ver si me entiende, que yo de lo que vengo a quejarme es de una piedra en el camino, que no me ha hecho rodar y rodar, precisamente como destino. ¿No ve cómo llevo el pie?, y es que… ¡¡vamos a ver, que voy a poner una denuncia ahora mismo, joder!! ¡¡He venido con la mejor de las intenciones y es que no me quieren entender, me están aturdiendo!!-.
Pese a mi exaltación y pronto, muy maleducados por cierto, no lo niego –lo siento mucho, me he equivocado, no volverá a ocurrir-, la señora ha mantenido la calma. Eso sí, al mismo tiempo, un grupúsculo de personas se ha ido alrededor de nosotros concentrando, para venir a ver qué está pasando. De entre el tumulto, ha aparecido sin embargo un tipo por allí, con cara de intelectual, de listillo, con maneras de timorato como si nunca hubiera roto un plato, pero yo siempre he pensado que como te despistes con estos un segundo, te la meten hasta dentro como Facundo. El señor se abre paso tranquilo, como si lo hiciera todos los días y viene derecho a darme un libro. Éste también, este señor ya les digo yo que sí que habla catalán, catalán, incluso acostado. Me dice :
-“Tingui, l’he sentit demanar per ell i li regalo, és una nova edició d’un llibre cabdal en l’obra literària de Manuel de Pedrolo. Miri de llegir-lo ara, aprofitant que deu estar de baixa, li asseguro que no en tindrà cap queixa. I recobri’s aviat de la seva cama ranca”-.
A ver, cómo les cuento yo ahora. No estoy acostumbrado a que me traten así con esa amabilidad, afabilidad, cordialidad y la verdad, de la manera que lo ha hecho para con un servidor, un desconocido hasta ahora mismo. El resto del tumulto ha ido escuchando con atención lo que decía el intelectual catalán, alguno con la cabeza incluso aseverando, para acabar todos uno a uno marchando. La verdad es que me ha llegado al alma el comportamiento de este señor, justo después de mi exabrupto, haciéndome sentir ahora tan mal que, ya solo en la calle, se me ha descontrolado el lagrimal. ¡Y es que no saben cuán hube echado yo en falta estos gestos de sabiduría, humanidad, humildad y templanza a lo Sancho Panza en la lontananza de mi territorio ancestral, vasto y orgulloso mas yermo, en el que ya nunca duermo! Seguidamente he solicitado al amable taxista que me estaba esperando, que me llevara de nuevo a la estación para leer el libro de don Pedrolo a buen cobijo, mientras cogía el tren regional botijo, éste que te lleva a la Sagarra, pues acuérdense que ni con garra puedo embragar, acelerar o frenar, pues voy enyesado y de baja por impacto contra laja. El libro en cuestión es interesantísimo, oigan, fíjense en todo caso qué raro es, que voy ya por la mitad de él y no he llegado ni a Sabadel. La verdad, qué nivel, vivo sin vivir en mí con él, no sé que me está pasando leyendo el llibre aquest, ara que m’estic tot just endinsant a la serralada prelitoral, li estic trobant una fonètica, unes vocals, una sonoritat, quin vendaval! Una nasal i una palatal, una fricativa i una labiodental, una oclusiva i una bategant, una tímbrica, una prosòdia que quan arribi allà a la fundació, de ben segur m'hauré oblidat de la meva pròpia història. És més, aprofito que quasi m’acabo el llibre, no gens complicat en aquest tren atrotinat-cafetera que tot just ara ateny Cervera per, un cop arribi a la fundació, demanar-hi l’obra sencera. De Manuel de Pedrolo, us en vull confessar allò que he trobat de rar i inesperat: una veritat.
dimecres, 22 de maig del 2019
No ens calen guerres
dilluns, 20 de maig del 2019
La cursa de diumenge
dissabte, 18 de maig del 2019
Ringo Starr
dimecres, 15 de maig del 2019
George Harrison
Harrison. El tercer Beatle. El discret, el místic, l’espiritual, l’experimentador. L’amic d’en Paul. És clar, un altre cop les maleïdes etiquetes i ja encasellat per sempre. Tota aquesta merda és la que el propi George Harrison, oficialment guitarrista solista dels Fab Four, va arreplegar, la va ficar al cubell de la brossa i la va enviar a fer punyetes. Aleshores no es reciclava. Un cop trencat el grup més gran de la història de la música, va treure al mercat en pocs mesos el millor treball signat per un ex-Beatle, un triple àlbum ni més ni menys, perquè quan vols mostrar d’una vegada allò que tens a dins, te la rebufa la periodicitat, el format, si convé o no convé i el què diran. Harrison és un talent aconseguit a base de feina feixuga, allò que se’n diu picar pedra, en primer lloc per tal de superar la inseguretat i posar-s’hi sense embuts, i en segon lloc després d’una acumulació ingent d’hores d’activitat discreta i frenètica a l’ombra, amb tal obstinació que la Inspiració, només apareguda a espurnes fins aleshores, finalment li va agafar treballant. Harrison és objectivament un talent que arriba al Sol. De fet, és ell qui ens anunciarà, a partir d’un moment donat i per sempre, la sortida de l’astre rei després de la pluja. Déu n’hi do, haver arribat al Sol, com Déu n’hi do tanmateix haver d’assistir impertèrrit a veure com els teus companys Lennon/McCartney són cridats pel següent sol i sistema solar de l’univers, Alfa del Centaure, a més de quatre anys llum. Nogensmenys, el membre més jove dels Beatles restarà com a exemple espatarrant de superació, de com es pot explotar feliçment i alliberar el teu talent després d’un període de negació d’aquest per part de la gent amb qui treballes. Gent que t’hauria de donar en principi més oportunitats de dir la teva. Podem imaginar aquesta lluita interna de Harrison per obrir-se pas davant dos monstres de la composició, que asseguraven l’èxit amb cada nova peça i haver de justificar-se per obrir la boca aixecant la mà tímidament. Harrison té coses a dir però, a part de la guitarra i cors, no li deixen dir gaire cosa, una cançó pròpia per àlbum de vegades, a tot estirar i gràcies. A partir d’un moment donat però, la seva figura comença a emergir, en mode help!, lligat a la necessitat de donar suport a John i Paul per produir cançons i satisfer la insaciable indústria discogràfica així com cercar noves vies d’expressió. Vet aquí que llavors un bon dia s’afegeixen, per exemple, la guitarra de dotze cordes i la introducció progressiva d’instruments hindús a algunes composicions. Harrison va viatjar a l’Índia i va tornar més segur de si mateix, amb ganes de posar el seu accent. I per al benefici de Mr. Lennon/McCartney, que Harrison va fer dels Beatles un grup més interessant, underground i atractiu, essent com eren ja aleshores, el grup per a tots els públics per antonomàsia. O sigui, exactament a l’inrevés que la norma. És que si ho penseu bé és per llogar-hi cadires: a cada disc que passa, en comptes de repetitiu, o més pobre en idees, el grup es fa més underground, on s’és vist això!! L’aroma i esperit dels temes de Harrison és cabdal en aquest sentit i ajuda a configurar un aura irresistible als Beatles 67-70. Ja, amb més seguretat compon While my guitar gently weeps, Something i Here comes the sun a la part final de la convivència del quartet de Liverpool, demostrant finalment a tothom la seva faceta de compositor amb majúscules. De petit, un servidor somniava, escoltant Something, que un dia faria una cançó tan i tan bonica que de seguida una orquestra de música lleugera de tipus Ray Conniff o Pérez Prado li’n faria una versió. Perquè aquesta és la confirmació espatarrant que l’has encertada de ple, que t’acabin fent una versioneta d’aquestes cuques de fil musical a la consulta del dentista. Una versió per a orquestra de música meravellosa per a gent meravellosa, on la vida és rosa en un creuer a l’estil de The Love Boat, la sèrie “Vacances en el Mar”. Això és el que li va passar a Harrison amb Something i Here Comes the Sun, i amb aquesta medalleta ja hauria pogut dormir tranquil per sempre més...però no; la ràbia acumulada per romandre a l’ombra de dos gegants explotarà sense control el 1970. M’estimo més que la ressenya de l’àlbum All Thing Must Pass us la feu vosaltres mateixos –se’n troben a dojo a internet. Jo voldria esmentar-vos només uns quants detalls de la música de George que em semblen enigmàtics i per tant, irresistibles. En primer lloc la veu, car jo em pregunto seriosament què té la seva veu, que hipnotitza. És una veu fràgil. Una veu a la qual li manca voltatge de sortida, com la sortida dels tocadiscos als amplificadors antics, en què li has d'afegir un cable de presa de terra per estabilitzar la cosa. Una veu afectada més aviat per la gravetat lunar que per la terrestre. Demana permís per obrir-se pas a cada frase, ja des del principi de l’àlbum, fent-me la impressió que s’esmicolarà abans d’acabar cada tema. Tot i així, és més forta la voluntat de voler cantar que aquests detalls que hem esmentat, siguin balades, migs tempos o pur rock, i el cas és que se’n surt sempre. Evita el falset en la mesura que pot, demostrant que hi ha hagut un treball de tècnica vocal, la qual ha estat tractada curosament. M’he trencat el cap intentant percebre tota mena d’efectes vocals intentant trobar una explicació al per què la seva veu m’atreu d’aquesta manera. And In The End, he acabat llençat la tovallola i em rendeixo a l’evidència, que és acceptar que és la seva Veritat a l’hora de cantar, la que em fa creure-me’l. Pel que fa a les poques lletres que he pogut analitzar en diagonal, no hi trobo gaires metàfores, i essent de manera general planeres no poden ser però més sinceres. No hi ha un paio més enamorat que Harrison de la seva dona, llegint la lletra de Something; o més fotut que quan li estan aixecant...la camisa en Isn’t It a Pity. Impossible projectar uns sentiments més clars i contundents. Aquest àlbum havia de ser seu plenament i això només ho podia aconseguir cantant i escrivint així, per acabar nu completament. Guitarrista com és considerat, direm que amb Harrison es nota l’efecte sense que es noti la cura. Em fa l’efecte que resulta objectivament bastant complicat destriar una particularitat del seu ofici amb la guitarra. Servidor coneix una mica més l’Eric Clapton, i llavors sí que és més senzill lligar-hi caps i reconèixer l’admiració de Harrison pel seu amic, antic membre de Cream, doncs ambdós beuen de fonts semblants. Harrison és massa sensible, copsa com pocs i de ben lluny la bellesa, i això pot ser un problema fotut perquè, d’una banda li obliga a una major autoexigència, i de l’altra es pot deixar entabanar completament –ergo manipular- per qui atresora quelcom bell -que ell també al seu torn voldria- es digui Lennon, McCartney, Clapton, Boyd, etc., desembocant en una admiració incondicional o enamorament amb tot tipus de conseqüències per a la fràgil estabilitat emocional del nostre estimat músic. Paradoxalment, aquest triple àlbum es pot considerar plenament de Harrison malgrat col·laborar-hi una munió de gent, perquè Harrison era precisament això, la concòrdia, l’amistat, la sensibilitat, el voler viure d’una vegada per totes sense complexes, guiant-se només per la seva intuïció profunda i fent les coses per un cop a la seva manera. La producció de Phil Spector, productor que feia forrolla aleshores, el qual ja havia produït el Let It Be, ajuda al caràcter trencador de l’àlbum. S’hi va explotar el seu mur de so “wall of sound” que pretenia crear pel rock una sensació d’homogeneïtat i abric sonor semblant al d’una orquestra simfònica. L’efecte és sens dubte innovador i és allò que li calia a aquest treball per fer d’ell, com ja hem dit al principi, el millor disc d’un Beatle en solitari. No puc estar-me d’esmentar el paper de la seva dona Patty Boyd en aquesta història -a la seva vida, millor dit- i el trio amorós, tràgic, sideral i de durada geològica, que s’estableix amb el seu amic Eric Clapton en aquells moments, i que és necessari deixar-ne constància per entendre la intensitat emocional que va permetre que l’àlbum assolís aquestes cotes de penetració popular aleshores i per sempre més. Sense estar cardat sentimentalment amb el món, amb els companys, amb l’amic i amb la dona, Harrison no hauria acabat la feina d’aquesta manera i ara mateix no estaríem parlant potser d’ell amb aquest tercer post dedicat al tercer beatle. Després de donar-hi voltes i sense negar-li la més alta factura compositiva en un grapat de cançons, penso que la vàlua definitiva de Harrison rau en l’energia interior emmagatzemada cuita i continguda –la necessitat d’expressió- i com l’allibera tota de cop a la manera d’una bomba raïm veritablement fulminant i definitiva, tant que ell mateix es posà el llistó massa alt, essent impossible de reproduir ulteriorment les mateixes condicions de contorn. L’obra de Harrison ha estat sempre comparada amb les de Lennon i McCartney, això ha estat realment la seva creu i la seva cara, car jo estic convençut que sense aquest contrapès no s’hagués catapultat tan i tan lluny. Que no se us oblidi Harrison, si us plau, un músic situat entre allò diví i allò terrenal, el pitjor indret possible per viure, car el fet de no saber ben bé què ets o cap on has d’anar de ben segur l’ha fet patir molt. Una mena de bipolaritat realment incòmoda que no obstant, si ets capaç de canalitzar-la de la manera en la que ho va acabar fent ell, és a nosaltres de donar-li les gràcies per tot. Hare Krishná, Hare Krishná, Krishná Krishná, Hare Hare...
diumenge, 12 de maig del 2019
John Lennon
Aquest bloc quedaria asimètric si ja hem parlat de Paul McCartney i no ho fem ara de John Lennon. John, etiquetat com l’intel·lectual, polititzat i miop de The Beatles. Així us podeu passar tota la vida sense gaires maldecaps. Amb aquests estereotips i també, per què no, cantant Imagine de tant en tant a les manifestacions aquestes nostrades de flors i lliris grocs, violats o d’altres colors segons el cas i ja, a tot estirar, afegir com a cirereta de la vostra caricatura les imatges de la seva lluna de mel per la pau amb Yoko Ono a l’hotel aquell d’Amsterdam. Jo he acabat necessitant -curiosament i no per casualitat, un cop atesa l’edat de la seva mort- anar més enllà en la figura de John Lennon per tal de comprendre coses de mi mateix. I ho he pogut fer, com si no, amb una mica d’ajuda dels meus amics. Sens dubte, parlem d'una personalitat que transcendeix el seu món i que esdevindrà per sempre icona del seu segle, que és també el meu i que va acabar fa estona, vet aquí potser el drama. En John. Perdoneu que el tracti així amb familiaritat però és que, com quan parlàvem de Paul McCartney, a qui no li resulta familiar John Lennon? Quan anava a l'escola primària –EGB al s. XX- vaig fer un treball de manualitats. Consistia en el clàssic mirall en què ratlles pel seu darrere les línies i contorns d’una plantilla prèviament dibuixada, seguidament buides la pel·lícula aquesta fina platejada i el resultat que et queda transparent l’acabes pintant de negre. Seguidament, girant-lo del revés es veu el mirall amb el dibuix que volies que aparegués en primer pla. El meu model a copiar aleshores era un mirall de Jesucrist, fet amb molta traça per un dels meus germans. Jo simplement em vaig limitar amb molta mandra a repetir l’exercici -per poder aprovar- amb una plantilla d’un altre Jesucrist, John Winston Ono Lennon MBE, caracteritzat amb la cabellera i barba clàssica de finals dels 60. Darrere les seves ulleres rodones et mirava fixament i seriosa. Una mirada poderosa, segura, de les que, francament, no veus ja avui en dia a gairebé ningú. Una expressió de fortalesa que em feia recordar la celebèrrima fotografia del Che presa per Korda, tot i que el Che Guevara en aquell cas no mirava directament a la càmera. Aleshores un servidor no tenia l’edat per comprendre i copsar la influència de la persona que estava emmirallant i que centrava el seu treball de manualitats, però sens dubte ara em fa sentir orgullós d’haver triat aquella imatge en particular que, per cert, es va acabar trencant. Lennon -igual que vàrem esmentar sobre McCartney- defuig els excessos de la fama i la fortuna, no per por ni per una simple qüestió de refús esnob sinó per la senzilla raó que tenia coses importants a dir, les volia dir i no ho volia ni podia fer de qualsevol manera. Calia concentració i aplicació en tot moment, el seu cap essent una olla de grills que desbordava tota acció; l’acció quedava obsoleta només ja en prendre forma. El seu cap realment estintolava l’espai-temps a la manera einsteiniana. Ell volia tenir cura del pack sencer a l’hora de vendre el seu producte, tot això molt abans dels embolcalls blancs d’Apple i de l’era audiovisual. Un visionari en aquest concepte de producte global que bé podria entendre’s com la connexió ideològica mai establerta entre Apple Corps (Records) i Apple Computers (Steve Jobs). De la mateixa manera que els seus companys, Paul i George, John no va esperar gaire a dir la seva i és que no hem d’oblidar que aquest període de 1969-72, -just abans de la crisi del petroli- és el més fèrtil de la història del rock. Moment en què les companyies discogràfiques comencen a explotar la gallina dels ous d’or i entenen el valor d’un àlbum, artística i comercialment parlant i, per tant, consideren interessant fer discos més curts, d’un quartet d’hora de durada per cada cara. D’aquesta manera, escurçant els treballs, es té més facilitat per treure material nou cada sis mesos. Quelcom inconcebible en els nostres dies, allò però va ser exclusiu i paradigmàtic d’aquella època. És en aquell període quan neixen grups d’una manera exponencial, el rock esdevé multitudinari i tothom aprofita l’embranzida certificada pels mateixos Beatles, Rolling Stones, Dylan i companyia. La locomotora entra a velocitat de creuer i la producció és literalment increïble. Tot això per dir que la càrrega de treball per als músics amb contracte discogràfic era infernal i ells no se n’adonaven exactament car -immersos en l’època i context- els hi venia donat. El fet és que no hi havia temps per plorar, ja fos el trencament de The Beatles o que la xicota et deixés. S’havia de pencar i anar per feina. Lennon marca paquet ja amb Plastic Ono Band però més fermament amb Imagine, àlbum on es troba l’himne del mateix nom, musicalment un esquelet tipus Let it be II, si voleu, aquest cop evidentment compost per ell i no per McCartney. L’impacte de la lletra i la música suposa un abans i un després en la consciència crítica del primer món envers la pau i de retruc, referma la presa de posició i conviccions de l’artista par la suite. Dissortadament Imagine s’ha pervertit tant que s’ha de fer un exercici important actualment per intentar imaginar-la –valgui la redundància- sentida i escoltada per primer cop sense prejudicis de cap mena. En un altre ordre de coses -igualment al cas d’en Macca- comprovem la seva intel·ligència en coses com reconèixer l’evidència de millor treballar en aquest període d’impàs amb un grup de gent, i juntament amb la parella, que no campar-hi tot sol i doncs, si el seu company crea els Wings, Lennon obra de la mateixa manera amb la Plastic Ono Band, fent i desfent al respecte segons el seu estat d’ànim i conveniència artística. No cal haver aprofundit en la seva trajectòria per copsar la potència i contundència de la seva personalitat i carisma, doncs de fet totes dues qualitats eren aclaparadores. Coneixedor de les seves limitacions físiques tot i no ser gens lleig, al meu entendre -el seu particular nas com a element més característic a controlar estèticament- no es va voler enganyar com encara fa avui molta gent, i va concedir a la imatge i la projecció la seva justa importància, o sigui, una importància cabdal. Va ser tot un referent dels canvis radicals de look –no en mode disfressa o teatral com David Bowie o els progressius- i va fer totes les provatures per intentar que la seva imatge intentés reflectir el que tenia al cap a cada moment, que sempre era quelcom nou de trinca. Després dels looks mítics amb The Beatles i la seva pinta de savi estrafolari o beggar a la lluna de mel, es talla el cabell i apareix amb les ulleres grogues i la barbeta de set dies que llueix per exemple al vídeo de Instant Karma! (We All Shine On). I tot i així continua fent provatures, allisant-se els cabells, traient-se les ulleres i la barba. No vull pensar que tot allò fos espontani, vull pensar més aviat que en acord a la seva intel·ligència i a la de la seva dona varen saber per quin cantó plorava el món en aquell moment i cercar i donar resposta a les inquietuds de la seva època. Aquest impuls segurament els va fer mudar-se a Nova York, la indiscutible capital del món sencer aleshores. John i Yoko –quin tros de dona- són l’exemple de parella sinèrgica que fa tremolar el món i se l’arriba a cruspir. Un altre exemple de bona lectura de situació és el seu compromís polític, la manera que té John per abanderar un pacifisme ja existent i latent a la societat sense avergonyir-se’n i mesclar i agitar tot aquest brou amb les seves armes, que eren la música i el seu carisma. No direm pioner en aquest cas, però si exemple far de personatge interdisciplinar, perfil que es troba actualment en perill d’extinció i aviat passarà a la història, perquè ja no interessa als Bilderbergs o als Davos. Les persones amb múltiples inquietuds, interessos, i per tant ben formades, informades i sensibles, no interessen. Homes del Renaixement, polímats, dones i homes que en saben massa per ser domesticats. Lennon no interessava als qui manen des que es va posar saberut, i tard o d’hora el destí va venir a passar-li comptes de la manera més absurda i cruenta. Ell i el president nord-americà Nixon feia temps que es feien una mena de vodú mental mutu. Aquest tipus de sentiments energètics no són debades -sobretot entre persones d’aquesta importància i influència- i el temps va acabar passant la factura corresponent a tots dos, cadascun al seu moment i amb la seva dosi de justícia-injustícia divina, car la lluita era clarament asimètrica. El que estava clar és que John Lennon era més que una persona i va acabar explotant com una supernova, fent-se encara més gran amb el pas del temps. La seva radiació encara s’està estenent, un exemple és que jo estigui aquí escrivint sobre ell en 2019, quasi 40 anys després del seu assassinat. Aquest paràgraf m’ha sortit una mica epíleg i nogensmenys voldria continuar parlant-vos-en. John i Yoko, Yoko i John, que van arribar a influenciar de tal manera l’opinió pública en aquells temps, concretament fomentant l’esperit crític –no us sona actual aquesta formulació?- sense mòbils ni internet ni Twitter ni merdes, que els departaments d’intel·ligència americans van gosar obrir-los un gentil dossier de seguiment personalitzat. Intento entendre el neguit, desencís i disgust profund de Lennon de resultes de la guerra del Vietnam i només puc veure paral·lelismes amb la nostra generació i, per tant, una connexió sentimental i compatibilitat brutal, malgrat les diferents èpoques. Em fa l’efecte que John creix en un context de postguerra i principi de guerra freda on, d’igual manera que aquí nosaltres amb la fi de la dictadura i la transició, tot ha estat abillat i disfressat de manera impecable. De manera general, durant bona part de la nostra vida -i ell durant la seva- no hem viscut conflictes bèl·lics de rellevància -diguem-ne i amb perdó- mundial. Tot va bé i tots vivim en un món perfecte. De sobte, per la seva banda li arriba el Vietnam i en el nostre cas les guerres a tercers països per voler imposar arreu les nostres regles del joc i per tant les conseqüències –Torres Bessones, etc.-, o com a exemple encara més proper per nosaltres, el rebrot dels anhels independentistes a Catalunya, que per a massa gent semblen sortits del no res, vaja, un invent. I és llavors quan pots entendre com la indignació i la consciència que se li desperta en un moment donat al bo d'en John Lennon ja no l’abandonarà mai i per mai més tornarà a ser el simple músic que era abans. Això és una raó prou de pes per reflexionar cadascun de nosaltres i no ser tampoc al nostre nivell el tipus de persones que molts de nosaltres érem abans; mirar de fer, si més no, alguna cosa. Com diu el filòsof barceloní Joan-Carles Mèlich, és perillós tenir la consciència tranquil·la. Espero que escriure sigui per a un servidor una de les maneres de fer palesa aquesta intranquil·litat permanent de consciència i contribuir a un món millor i doncs, sapigueu que si algú té la culpa d’aquest bloc MEUES DÈRIES és també en John. Els influencers condicionen els altres i ell va ser un dels primers a fer-ho i sense xarxes. Simplement es creia fermament tot allò que deia, de tal manera que li va acabar costant la vida terrenal. Llarga vida, John ! Whatever gets you thru the night - It's all right, it's all right! T’estimo.